La última media hora del viaje de regreso de Andrew Keys desde Manhattan a la oficina de ConsenSys en Brooklyn, Nueva York, fue una experiencia transformadora. El padre fundador de la blockchain Ethereum soñó con cómo la cadena de bloques podrÃa mejorar el mundo âdesde la digitalización del dinero hasta la descentralización de la webâ, antes de salir de un vagón de metro en una mañana gris de invierno. Ahora prefiere llamar desde un paraÃso tropical.Â
Keys se mudó a Puerto Rico en enero de 2018, durante un punto álgido del anterior momento alcista del mercado cripto. Formó parte del grupo de primeros adoptantes de criptomonedas que buscaban aprovechar los generosos incentivos fiscales de la isla. Fue una tendencia que en su dÃa simbolizó los excesos de la industria blockchain, un movimiento que se asentó durante el mercado bajista y que ahora está volviendo a aparecer.
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La razón es tan clara como las aguas de la isla: Puerto Rico es un paraÃso fiscal. Eso es cierto para todo el mundo, pero el enfoque no intervencionista de ese territorio sobre las ganancias de capital, los ingresos y los impuestos a las empresas es justo lo que los pro-capitalistas y escépticos del estado buscan en una residencia. Llámelo simpatÃa por las criptomonedas, con la ventaja de poder conservar el pasaporte estadounidense.
La última avalancha de emigrantes cripto hacia la isla es la muestra de que el traslado significa un negocio. Pantera, uno de los fondos de cobertura más seguidos en el segmento cripto, se ha trasladado a San Juan. También lo han hecho CoinMint, un gran minero de bitcoins; SuperRare, una consolidada plataforma de tokens no fungibles (NFT); y la legendaria y poderosa pareja cripto conformada por Amanda y Sam Cassatt, ex-ejecutivos de ConsenSys convertidos en gurú del marketing e inversor de capital de riesgo, respectivamente.
Hay hombres de dinero, programadores freelance y quienes prueban suerte en el ultramoderno negocio de las apuestas de ETH. Coral DeFi âuna plataforma de gestión de inversionesâ, Dex Grid âuna startup de energÃa descentralizadaâ y el protocolo de finanzas descentralizadas (DeFI) BarnBridge surgieron de la nada en Puerto Rico.Â
Y son más que bienvenidos: en 2012 Puerto Rico aprobó dos leyes, la Ley 20 y la Ley 22, destinadas a atraer a empresarios y corporaciones. La Ley 20 estableció un impuesto del 4% para las empresas exportadoras de servicios âconsultorÃa de blockchain, por ejemploâ desde la isla.Â
No obstante, la verdadera atracción es la Ley 22. Aunque oficialmente forma parte de Estados Unidos, la isla se ha aislado del código fiscal de ese paÃs y exime a sus residentes de los impuestos sobre las ganancias de capital. Esto la convierte en el único lugar del territorio estadounidense en donde los ingresos por inversiones, intereses y dividendos no están sujetos a impuestos. Todo lo que hay que hacer es pasar 183 dÃas al año en una isla conocida por sus playas blancas como perlas y sus rones oscuros (residir en un barco dentro de las aguas territoriales también sirve).Â
âYo no lo llamarÃa una laguna jurÃdicaâ, dijo Shehan Chandrasekera, contador público y cofundador de Column Tax. âNo creo que sea algo oculto. Puerto Rico y otros paraÃsos fiscales son lugares comúnmente nombrados entre la comunidad de individuos de alto patrimonio.âÂ
Numerosas jurisdicciones âmuchas de ellas paraÃsos tropicalesâ compiten por el tesoro ofreciendo impuestos bajos o nulos. Algunas, como El Salvador, atraen directamente a la comunidad bitcoin. Pero sólo Puerto Rico, que está más cerca de Caracas que de Miami, ofrece a los residentes una forma fácil de mantener la ciudadanÃa estadounidense.Â
Eso no significa que se encuentren trajes deambulando por las orillas de arena: al fin y al cabo, se trata de cripto. Incluso cuando Keys tomaba el tren L llevaba vaqueros y camiseta. Pero el nuevo movimiento de inmigración está más orientado al sector corporativo que el anterior, aunque sólo sea como reacción ante las pasadas crÃticas de querer establecer en Puerto Rico una âisla de blockchainâ.
En 2017 la exestrella infantil y candidato presidencial Brock Pierce presentó al mundo tanto la plataforma de contratos inteligentes EOS como la idea de una cripto-casa llamada âPuertopia.â Estos últimos planes llamaron la atención de los medios de comunicación, y por una buena razón: Pierce y su equipo compraron hoteles, iglesias e incluso un antiguo hospital infantil para albergar su entorno cripto. ExistÃan planes para constituir una ciudad.
Aunque los ricos han explotado durante mucho tiempo el sistema de evasión de impuestos de Puerto Rico, fue Pierce quien realmente introdujo el concepto en el mundo cripto. âBrock sigue siendo el número uno, por la cantidad de gente que tiene en su red, la cantidad de viajes que hace y la influencia que tiene en la comunidadâ, dijo por teléfono desde San Juan Pedro Rivera, fundador de Crypto Mondays.Â
A cambio de pagar muy pocos impuestos, estos cripto-ricos âen su mayorÃa hombres, al menosâ reinvertirÃan su capital en Puerto Rico. Ese siempre ha sido el objetivo implÃcito de cualquier polÃtica fiscal favorable a las empresas, y con Pierce se convirtió en una promesa explÃcita. Y se hizo aún más real tras el huracán MarÃa, que devastó la ya frágil economÃa e infraestructura de la isla.
Pierce, quien ha prometido donar su multimillonaria fortuna en parte para apoyar a la patria que ha elegido, lanzó esfuerzos de reconstrucción en la vida real y dentro de la cadena (on-chain). Es difÃcil juzgar el impacto de ese trabajo. Se gastó dinero real, pero no fue el renacimiento anunciado. (Pierce no respondió a las múltiples peticiones de comentarios para este reportaje).
Por supuesto, la grave recesión del mercado ây más tarde la pandemia mundialâ desbarató muchos de los planes más descabellados de reconstrucción. Pero nunca estuvo claro qué significaba reinventar la economÃa digital de Puerto Rico. O si se querÃa.Â
âLa gente no tiene luz, electricidad, internet⦠sus techos tienen goterasâ, dijo Rivera, quien emigró del Bronx en 2017. âNo les importa el cripto, hermanoâ.Â
Si la riqueza cripto tuvo algún efecto tangible en la recuperación de la isla, probablemente se hizo a nivel individual o fue demasiado local para ser notado, dijo. Rivera, por su parte, afirmó que ayudó a recaudar $27.000 para financiar el trabajo en el techo de Poetâs Passage, un lugar de referencia local donde se celebran reuniones semanales de cripto. Recientemente, cerró una ronda de financiación de $100.000 respaldada por la comunidad de Crypto Monday para regalar billetera precargadas con $10 en criptomonedas a miles de niños de la organización sin fines de lucro Boys & Girls Clubs.
âHe visto un montón de puertorriqueños que han hecho dinero en cripto invirtiendo en elloâ, dijo. ¿Pero qué ocurre con las empresas del sector y la creación de empleos bien remunerados para los habitantes de la isla? âTodavÃa no hemos sido capaces de hacer que eso florezca realmenteâ, dijo.Â
Para algunos, el vaporware, la evasión de impuestos, la transformación de un monasterio en un hotel boutique, todo se resume en una cosa: la explotación. La intelectual y escritora canadiense de izquierdas Naomi Klein analizó la situación y la llamó âcriptocolonialismoâ; Jillian Crandall, investigadora del Instituto Politécnico Rensselaer, la calificó como una forma perversa del âcapitalismo del desastreâ. CoinDesk publicó un informe en el que se preguntaba si Puerto Rico podrÃa sobrevivir a ser el âeterno patio de recreoâ, la aproximada traducción al latÃn del término âPuertopiaâ.
âSi no fuera por el hecho de que Puerto Rico es un Estado Libre Asociado de Estados Unidos, el proyecto [Puertopia] se parecerÃa de manera exacta al colonialismo: la polÃtica o práctica de adquirir el control polÃtico total o parcial de otro paÃs, ocuparlo con colonos y explotarlo económicamente. Espera⦠No, en realidad sigue siendo colonialismoâ, escribió Bailey Reutzel, de CoinDesk, en 2018. Es un legado difÃcil de superar.Â
HabÃan pasado cuatro semanas de unas vacaciones originariamente de una semana en el Caribe cuando Keiko Yoshino se dio cuenta de que no querÃa irse. Voló de vuelta a Washington, D.C., donde trabajaba en el sector público, para empacar sus pertenencias y atar cabos sueltos. Llegó a San Juan con dos maletas y un nuevo tÃtulo: directora ejecutiva de la Asociación de Comercio de Blockchain en Puerto Rico.Â
âSi me hubieras preguntado en diciembre, habrÃa dicho: âBitcoin, eso es como el dinero imaginario, ¿no?ââ, dijo. Pero en Puerto Rico todo encajó, y se enamoró de la tecnologÃa y de la isla. âEs un ambiente. Es la energÃa⦠Es muy distinto a lo que esperabaâ, dijo. âAquà es muy diferente. Valores diferentes, prioridades diferentesâ.Â
Yoshino no es la primera persona en la que se piensa cuando se habla de cripto y Puerto Rico. No es rica en criptomonedas y no está buscando crear un colectivo anarcocapitalista. Ayudó a fundar la asociación blockchain para apoyar a la comunidad cripto local y puso a trabajar sus años de experiencia en el gobierno. Paga sus cuentas, pero no se hace rica.
Pero eso no impide que la gente la ataque. âEn el pasado estuve en las redes sociales: escribieron mal mi nombre, me llamaron una cripto colonizadoraâ, dijo. Como una recién llegada al sector, considera que la idea de que las startups de blockchain son usurpadoras malévolas es tan irrisoria como la de que van a revolucionar la isla en breve.Â
âEsa idea está desconectada de la realidadâ, dice. En su trabajo de dÃa está organizando una conferencia para este invierno. Los fines de semana juega al voleibol. Mencionó a un miembro de la asociación, Raincoat: una empresa de seguros que está utilizando la tecnologÃa blockchain para ayudar a desembolsar pagos de seguros después de huracanes. Desde su punto de vista, el programa de incentivos fiscales ha ayudado mucho al paÃs, pero no todo el mundo está de acuerdo.Â
âEs un poco enfermizo cómo las corporaciones que están allà para aprovechar el impuesto a la exportación del 4% no hacen absolutamente nada para mejorar la economÃa localâ, dijo un trader de criptomonedas que se hace llamar âPVKTâ en Reddit y pidió permanecer bajo su seudónimo. Se mudó allà en 2019, principalmente por los beneficios fiscales, antes de repatriarse. Viviendo en una ciudad turÃstica dos años después del huracán MarÃa se enfrentó a apagones itinerantes que âno eran muy propicios para el comercioâ. Â
También estaba la pobreza extrema que se veÃa: las casas de hormigón, las infraestructuras en ruinas, la falta de agua o de servicios básicos. Era difÃcil cuadrar su estilo de vida y el de quienes le rodeaban con la experiencia de la población local. âSe cambia mucho por los incentivos. Si lo único que te preocupa es el dinero y nada más, entonces puede que te convengaâ, dijo PVKT.Â
JSON, un usuario de Twitter con ese seudónimo, también planeaba mudarse a Puerto Rico antes de enfrentarse a un dilema moral similar. âCuando lo analizo en profundidad, hay muchas cosas que no son deseables. La gente rica se muda allà pero hace poco para contribuir a la economÃa local. La gente de la isla es muy amable, pero algunos sienten que se aprovechan de ellosâ, dijo.Â
Si existe una comunidad cripto en Puerto Rico, es probable que se haya desarrollado debido al principio de proximidad. La mayorÃa de los cripto expatriados con los que hablé vivÃan en los mismos barrios de San Juan o Dorado, un enclave costero rico. Hay restaurantes de categorÃa mundial en donde los anfitriones hablan inglés y colegios privados a los que enviar a sus hijos.Â
âLo que ocurre es que hay una gran concentración de estas personas en zonas pequeñasâ, dijo Rivera. Aunque vive en un barrio mayoritariamente hispanohablante, prefiere relacionarse con la clase alta. âTodos vamos a los mismos sitios. No hay tantos lugares de alto nivel en Puerto Ricoâ.
Eso no es necesariamente algo malo: aunque los ricos se libren de pagar impuestos sobre las plusvalÃas, siguen contribuyendo al Estado. Keys señaló que paga el impuesto de sociedades, el impuesto sobre la propiedad y el impuesto sobre las ventas. âHay infinidad de impuestos que la gente seguirá teniendo que pagar. Aunque potencialmente más bajosâ, dijo.Â
A veces, los expatriados se han enfrentado a más presión por su decisión de mudarse a Puerto Rico que por apostar por el dinero descentralizado de internet. Pero, en cierto sentido, mudarse al extranjero para escapar de la carga fiscal es similar a salirse del sistema monetario actual a través de las criptomonedas. Ambas son formas de dejar atrás al estado e intentar construir un sistema alternativo.Â
âNadie va a pagar todos esos impuestosâ, dijo Rivera sobre la factura fiscal comparativamente alta que le esperaba si se hubiera quedado en el Bronx. âSi tienes la oportunidad de no pagar, no es que nuestro gobierno necesite el dinero, hermano. Pueden imprimir dinero cuando quieranâ.